Europa es Nuestro Hogar
Traducción de
“Europa es Nuestro Hogar”
Publicado en Youtube el 16 de diciembre de 2016
Duración: 3'11"
Nota: Consideramos este video del Sr. Murray como sintomátioo y clave para entender el estado de ánimo (y de preocupación) de una porción de los ciudadanos europeos, por lo que creemos que debe ser accesible al público de habla castellana.
Traducción de @Hyspasia
Douglas Murray:
- Déjenme ponerles en la cabeza la siguiente idea extraña: "Europa es un lugar donde cualquier habitante del mundo que quiera puede venir e instalarse a vivir".
Yo creo que tenemos que pensar esto y discutirlo muy profundamente y con la mayor amplitud, porque si no lo hacemos nos llevará a toda clase de problemas en los años por venir.
Me parece a mí absolutamente legítimo que los pueblos de Europa tenga un lugar al que llamen "Hogar", y que ese lugar no debe serles quitado, porque, después de todo, nosotros no tenemos otra opción.
Es extraordinariamente inquietante la admisión de un personaje de Houellebecq, que probablemente muchos de ustedes conozcan, que, cuando su novia judía le informa que se muda a Israel, debido a que las cosas se pusieron tan mal en Francia, y ella es judía, él dice "Yo no tengo un Israel" ("Para mí no hay ningún Israel").
Éste es uno de los más importantes pensamientos en Europa. Nosotros no tenemos una opción para irnos, nosotros no tenemos una salida, nosotros no tenemos un lugar al cual fugarnos, nosotros no tenemos algún otro contrato colateral.
Éste es nuestro hogar, entonces nosotros debemos pensar muy, muy profundamente, antes de regalar nuestro hogar a la totalidad del mundo, porque, entre otras cosas, este contrato [1] no es recíproco.
Cuando los europeos van a otro país, por millones, es colonialismo.
El colonialismo, gracias a Dios, ha terminado [2]. Pero nosotros no hemos siquiera empezado a pensar las consecuencias de la mudanza de millones de personas dentro de nuestro hogar, acción sobre la cual nosotros estamos de acuerdo que será a perpetuidad.
Yo no estoy de acuerdo en que es un derecho para cualquier persona del mundo que quiera venir a Europa, venir a Europa. Y no puede serlo.
Nosotros tenemos, como ya hemos dicho, un ecosistema social frágil, como cualquier sociedad, y no podemos cederlo al mundo entero.
Y si eso nos produce culpa, está bien que sintamos culpa. Somos seres humanos. Somos seres con moral.
Pero no debería ser el caso. No puede ser que la culpa nos haga destruir nuestra propia sociedad.
Es mi opinión, como conservador, que Edmund Burke, tiene razón en el punto central de su filosofía, que una sociedad cultural no se trata únicamente de nosotros aquí y ahora, sino que es un contrato entre los muertos, los vivos y los por nacer [3]. Y que no se puede violar ese pacto. Y que aquello que se ha heredado uno no tiene el derecho de cederlo o entregarlo, de la misma forma que uno no tiene el derecho de destruir a las generaciones futuras de su propia familia o las generaciones futuras por nacer.
Es un contrato central [4] de la civilización, este pacto; entre los muertos, los vivos y los que van a nacer. Es un pacto central de la civilización.
Y si se lo abandona, y si se dice que no importa que los que vayan a nacer están más representados por Mogadishu de lo que están representados por el microcentro de Estocolmo, entonces están rompiendo este pacto. Pacto que no es propiedad de los que lo rompen [5].
* * *
[1] Nota de la traductora: Se refiere al contrato por el cual una de las partes, Europa, se compromete a aceptar a todos los habitantes del planeta que quieran habitarla.
[2] Nota de la traductora: No en Malvinas. Cierto es que se trata sólo de 3.000 almas.
[3] Nota de la traductora: Me gusta más el preámbulo de la Constitución Argentina que dice "para nosotros, para nuestra posteridad". Pero es sólo una cuestión de estilo. El significado es el mismo.
[4] N. de T.: Medular.
[5] N. de T.: Los que lo rompen o proponen romperlo no tienen autoridad o facultad para anularlo o violarlo.
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Comentarios de la Traductora
1.
Me gusta mucho este fragmento de una charla brindada por Murray, en particular cuando explica que una nación es un contrato intergeneracional. Así lo entiende nuestra Constitución y lo dice en su preámbulo:
“...promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros, para nuestra posteridad, y …”, la negrita me pertenece. Los constituyentes entendieron claramente que una constitución es un pacto integeneracional. Se impone a las generaciones venideras, pero al mismo tiempo se lega. Se lega una nación, con valores comunes. En nuestro caso "En Unión y Libertad".
2.
La migración de europeos a otros continentes ha sido vista como colonialismo en África o Asia. Pero la migración a las Américas luego de las revoluciones emancipadoras, a Australia o Nueva Zelanda, no ha tenido ese carácter. Por el contrario, ha sido una migración clásica, donde el migrante acepta la ley de su nuevo hogar. Sucedió en Canadá, en Uruguay, aquí o en Oceanía.
Y son millones los que migraron durante el SXIX (the clearances de Escocia, la crisis de la hambruna de la papa en Irlanda, los pogroms de Rusia) y desde ya los millones que migraron tras la Primera Guerra Mundial, la Guerra Civil Española, las dictaduras griegas o portuguesas, la persecución otomana a los armenios, la Segunda Guerra Mundial y los pogroms de la órbita soviética desde los ‘50.
La Argentina fue y es generosa.
De hecho y de derecho.
Replico aquí un fragmento del Preámbulo de la Constitución Nacional y el artículo 25 de la misma. Sr. Murray, si los corren los musulmanes, Argentina es su “hogar”.
Fragmento del Preámbulo
“...promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad, ... y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino…”.
Artículo 25 de la Constitución Nacional
Artículo 25.- El Gobierno federal fomentará la inmigración europea; y no podrá restringir, limitar ni gravar con impuesto alguno la entrada en el territorio argentino de los extranjeros que traigan por objeto labrar la tierra, mejorar las industrias, e introducir y enseñar las ciencias y las artes.
De más está decir que hace décadas que los gobernantes no fomentan la inmigración europea. Punto aparte, inmigrantes no europeos pueden venir a la Argentina a tratar, como todos, de ser felices. Pero el Estado Argentino no tiene ninguna obligación de fomentarlos ni subsidiarlos en ninguna de sus formas, lo que no sucede.
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