Tachos, la otra mafia
Cuando Larreta dijo que nuestros taxistas eran un símbolo, decía una verdad de un tiempo pasado, pero mentía con el presente.
Larreta es culpable y socio de que los taxis sean otra mafia más, de las que los porteños de bien, debemos soportar día a día.
Hizo una alianza con el delincuente de Viviani que, en 1982, con el gobierno militar aún el poder, era presidente de la Obra Social de los Peones de Taxi para; en 1983, convertirse en el Secretario General del Gremio. Buenas épocas para ser un tipo democrático, casi como el zurdo 3.0 de Víctor Santa María.
Licencias de Taxis
Mientras esto sucede, Larreta tiene la obligación de administrar un servicio público que, como todo lo público, dejo se serlo. Las licencias de taxis que administra el Gobierno de la Ciudad son de TODOS los porteños. No son del guasón ni del bigotín onda Valentino de Viviani.
Dejemos de lado a UBER que, como toda la actividad que defiende la libertad, ganará la batalla y vayamos a algo más directo, ¿Por qué el Banco Ciudad (que es el banco de todos los porteños) no financia a los choferes de taxi (que pagan 2000 dólares por mes de alquiler de taxi) un préstamo para comprar su propio taxi y ser empresarios independientes? En 2 años pagarían el préstamo y tienen la mejor garantía del mundo que es la licencia.
El motivo es claro: Larreta y Viviani son socios.
Ese acuerdo societario hace que los porteños estemos cautivos una vez más de una conjunción político sindical que nos invade. Viviani fue uno de los principales aportantes a la campaña de Larreta como Jefe de Gobierno.
Y ese mismo acuerdo societario inmundo genera que los tacheros, debido a los condicionantes económicos que tienen para manejar un taxi, cada vez sean menos probos para prestar un servicio para la comunidad. El peón de taxi se convirtió en un barra brava de la calle. Matonea, roba, saca ventaja, toma falopa, le roba a los turistas, copa las paradas de las estaciones, pasa billetes falsos, es dealer, es fiolo de putas y más y más. Estas son las únicas formas que tiene para pagar el alquiler del taxi, y así se genera otra mafia paraestatal degradando nuestro estilo de vida.
Omar Viviani, que según la campana que se escuche, tiene una flota de esclavos a su disposición por 1400 pesos diarios que suman entre 500 y 2000 “asociados”, nos matonea. Nos dice cómo debemos viajar , con quien y de qué forma .
Es otro engranaje más de los dueños de la calle que nos tienen secuestrados y el vídeo en donde llama a la violencia es sólo jueguito para la tribuna. Viviani no necesita un paro general para ser un hijo de puta, ya que lo es de origen por su propia existencia. Es un promotor del trabajo esclavo, la mafia y es un hijo de puta crónico amigo de Papa Francisco, pero el poder que le da legitimidad no es menos malo que él.
NOTAS 1) A los taxistas de bien decirles que los miles de pesos menos al año que me gasté en taxis los últimos años son culpa de esos tipos que degradan su laburo. 2) Hacer una cámara oculta para Omar para que responda cuales fueron los modelos más usados en la calle luego del último auto que manejo EL que fue un Siam Di Tella. 3) Recomendarle a los porteños que cuando se tomen un tacho pidan una tarjeta de descuento de las pizzerías en Roma del gremio ya que con el viaje están financiando a las mismas.