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Rebelión Electoral - Un metálogo -


Hace años Gregory Bateson publicaba sus metálogos, surgidos de las charlas con su hija cuando niña, el que se reproduce es particularmente desafiante:

Hija: ... No estás en serio. Es un juego. La gente que hace trampas no sabe cómo jugar. Tratan el juego como si fuera algo serio. Bateson: Pero es algo serio. H: No, no lo es – para ti no lo es. B: ¿Porque ni siquiera quiero hacer trampas? H: Sí – en parte por eso. B: ¿Pero tú quieres hacer trampa y engañar todo el tiempo? H: No – por supuesto que no. B: ¿Entonces qué? H: Ay – Papá – ¡nunca lo entenderás! B: Me imagino que nunca lo entenderé.

Argentina, pago de caudillos. Sólo el caudillo comprende a su tropa, sometida a vivir en el oscurantismo medieval de la malversación política, la tropa sólo sabe escuchar, pero no puede comprobar. Por eso el caudillo sabe decir, poco importará lo que vaya a hacer. Tropa prolijamente atascada en un sostenido retroceso cultural y educativo. La tropa se convence de una condena divina a sufrir las tragedias que brotan de la ineficiencia, la corrupción y la delincuencia. Condena divorciada de las propias decisiones, condena sin culpas, sólo de consecuencias sin responsabilidad. ¿Entonces qué?

Somos una marabunta de ciudadanos resentidos y gastados que no quiere detenerse a pensar las causas que generaron nuestro empobrecimiento. ¿Es que los dioses fomentaron nuestra indignidad? ¿Entonces qué? Sometidos nuestros hijos al adoctrinamiento pertinaz de la mafia corporativa que disfraza de defensa de la justicia social, el entierro de los derechos individuales. ¿Cuándo caducó la garantía del individuo frente a los abusos?

Ya bien podemos descartar las promesas fatuas, idénticas y prefalsas que nos harán nuestros idénticamente falsos gobernantes. Solamente, solito pedirles que dejen de quitar y violar libertades individuales. Sólo eso. Fulminemos al caudillismo, sólo necesitamos nuestras libertades.

¿Cómo explicar que esto no es juego? ¿Podemos entender la trampa? ¿Entonces qué?

Posibilidades: ser heroico. Expresar que nuestra pulsión es nuestro propio interés y que adherimos al sistema porque lo bancamos. Difícil, bajo el perpetuo engaño de la defensa de las minorías, se han formado colectivos impunes y autoritarios. El pecado es el individualismo. Si el Estado forjado por el matonismo colectivista nos castiga por ser individuos que persiguen su propio interés, entonces qué?

Empeñados en producir, valorando la dedicación, enseñando el esfuerzo, somos condenados a la pena de sostener colectivos que nos desprecian. Nadie dentro de la estructura política vendrá al rescate, más seguramente impondrán su voluntad parasitaria de chantaje y gravamen, ¿entonces qué?

¿Podemos salvar el voto? ¿Podemos aspirar a que algo cambie? ¿Cómo gritar que nos oponemos? La solución más práctica es no votarlos. Ir al comicio y sencillamente no votar al victimario de nuestra libertad.

Rebelión electoral es una opción de ciudadano libre. No hay otra forma de mostrar disconformidad. Es el único voto que no es asimilable. El único no que es no. No se lo podrán adjudicar. Votar a quienes han violado o proponen violar los derechos a la propiedad y las libertades individuales es validar la decadencia de la democracia liberal en pos de un monárquico colectivismo.

Pronto no habrá lugar para vivir bajo el imperio de la razón, sólo la obtusa voluntad del colectivo. ¿Habremos olvidado que “la menor minoría en la tierra es el individuo”? ¿Entonces qué?

* * *


¿Qué queremos Restaurar?
Qué perseguimos
 
En Restaurar buscamos una República Argentina donde las cosas anden.
Donde los argentinos vuelvan a ser propietarios: de su chacra, de su casa, de su almacén, de su colectivo, de su camión, de su taxi, de su taller. De sus elementos de trabajo.
Queremos un país para las personas y no para los políticos y el establishment. Que la Justicia juzgue, que la Policía prevenga y que los maestros enseñen.
Queremos ser hombres libres. 

Actualmente, en Occidente, y por lo tanto en Argentina, existe una única verdad, la de los políticos, la de los dueños de todo, la de los medios de comunicación.
Cualquiera que dé otra opinión, es marginado.
El ciudadano no tiene voz. Le imponen impuestos que se gastan como no queremos.
Pretendemos dar una voz a la defensa de Occidente, de nuestra República y a la sensatez.
Exponer el delirio Progre que lleva a que nada funcione, al fracaso y a la infelicidad. 
Reírnos. Proponer soluciones.

El tiempo que viene es el nuestro.
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La Democracia son dos lobos y una oveja que votan a quién van a tener por almuerzo.

Libertad es una oveja bien pertrechada que defiende su voto.

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