Nuestra bien porteña deuda
Actualmente, periodistas varios, dicen que el sistema de gobierno de los Kirchner en Nación, no fue más que una réplica de lo actuado en provincia: sobrefacturación de obra pública, cooptación de oposición, aumento del personal a cargo del estado como forma de clientelismo, control de la Justicia y el Legislativo, aún a niveles autoritarios. Ejemplos: deponer al Procurador General, cambiar la constitución provincial, que modificó la forma de elección de diputados provinciales. Los cambios permitieron al oficialismo contar con mayoría absoluta en el nuevo legislativo unicameral [1].
Esto es relativamente cierto. Las responsabilidades difieren al frente de una provincia y de la Nación, hay actitudes que jamás tomaron en la provincia (como ser ocuparse de la lucha de los ‘70 y sus consecuencias) y las disponibilidades difirieron. Otras actitudes se replicaron al pie de la letra.
Si aplicamos el mismo criterio al gobierno del ingeniero Macri en sus ocho años al frente de la Ciudad de Buenos Aires, podemos llegar a vislumbrar su comportamiento en los dos años y medio de mandato que le restan al frente de la Nación.
Mi calificación de la gestión de Macri al frente de la ciudad es pobre. No me gustó como la gobernó. Claramente mi opinión es minoritaria, porque contó con un claro apoyo al momento de ser electo presidente de la República. No así en la ciudad, donde su delfín ganó por un milímetro, suponiendo que ganó y no que compró la elección [2]. El programa de Macri fue y es claro, y lo ha definido él las pocas veces que teoriza. Se considera desarrollista, lo que sea que esto signifique. Pero, a falta de mayores aclaraciones, lo podríamos definir como una suma de obra pública, empleo en el estado y en contratistas del estado, todo financiado con aumento de impuestos y deuda.
El desarrollismo nació a fines de la década del 50. En verdad viene gobernando el país desde 1930, con el Plan Pinedo. Las consecuencias en la década del 60 fueron claras: compras públicas para mantener en funcionamiento a los contratistas del Estado, presión impositiva creciente, endeudamiento y emisión monetaria. Los descalabros inflacionarios son la consecuencia de esta angurria contratista.
Nunca pararon. Estuviera Perón, Frondizi, los militares o Illia, los contratistas del Estado siempre gobernaron. Le dieron más a los trabajadores (Perón) o menos (Plan Conintes), los reventaron a impuestos [3] a los productores agropecuarios (Perón), los reventaron pero un poquito menos (el resto). Lo que jamás varió fue la coronita del sector proveedor del Estado y del sector industrial protegido por una maraña de aranceles y barreras para-arancelarias (****). Macri y sus seguidores jamás abjuraron de este proyecto, sino, por el contrario, lo enarbolaron con orgullo. Estáis avisados. Sabéis lo que votáis. Así que, demostrando total coherencia, en la práctica, en sus ocho años como intendente, Macri cumplió todos los requisitos del buen desarrollista: a) aumentó los impuestos, b) nos endeudó, c) vendió bienes del Estado (a los amigos desarrolladores desarrollistas), y d) aumentó astronómicamente el gasto público para: incrementar el personal en una nueva capa geológica o contratar servicios de terceros para hacer lo que el personal de planta no hace, a pesar de que le pagamos para hacerlo [4]. Obra, mucha obra. La mayoría de ella innecesaria y/o molesta. [5]. No hizo la que sí quiere el ciudadano: el subte. ¿Por qué? Porque estaba buscando el voto CONURBA y el conurba no toma subte, excepto que transfiera.
Macri tuvo un criterio, que a algunos (muy pocos) porteños nos molesta “La Ciudad de Todos”. No, flaco. La Ciudad es mía. Yo decido qué forma va a tener, yo pago los impuestos, yo vivo acá. Si tres millones de tipos entran por el día a trabajar o estudiar, problema de ellos. Pero Macri tuvo un criterio proselitista: congraciarse con los habitantes del conurbano para que: a) lo conozcan, b) eventualmente lo voten.
Los asentamientos en villas crecieron y actualmente viven un total de 380.000 personas, según los números de la propia ciudad, esto tiene varios objetivos: - obtener mano de obra barata para todas las obras berretas y de pésima terminación de la ciudad. Contratistas berretas que hacen trabajar a obreros malcomidos. - Enclaves para el comercio de droga: recepción y distribución. - Votos.
Con igual concepto mantuvo una tenebrosa institución de Ibarra (si no anterior): el alquiler municipal de viviendas para lúmpenes. Tipos que viven de trapitos, barrasbravas y venta de droga al menudeo, más algún que otro afano, claro. Todos ellos (los que no viven en villas o en casas usurpadas) viven en propiedades que los porteños alquilamos y les dejamos vivir allí. Originalmente eran “de tránsito”. Sería interesante que el gobierno de la Ciudad diga a cuántos tipos les pagamos el alquiler del departamento. Pregunta a los lectores: ¿Cuántos de ustedes sabían que les pagamos alquileres a miles de lúmpenes?
Mientras tenemos miles de porteños viviendo en las calles.
Pero hoy me voy a detener en un único punto: la deuda. No hablaré en cuánto aumentaron los impuestos para financiar este delirio proselitista y megalómano de obras inservibles (como el centro municipal de exposiciones). No hablaré de la venta de propiedades de los porteños ni cómo en todos los casos fue a parar a manos de los amigos (como el Mercado del Plata). Tampoco de la complacencia de los 60 (sesenta) legisladores, que a $ 200.000 mensuales por pera (más otras vituallas) se hacen los sotas mientras se saquea el patrimonio de la ciudad. Tampoco hablaré del peor acto de gobierno de Macri, imperdonable: la destrucción de la estatua del Almirante Cristóbal Colón, haciendo de comparsa de una imbécil mala y delirante.
DEUDA
Compararé la deuda de diciembre 2007 - la que deja Telerman - y la de diciembre 2015 - la que deja Macri. Recomiendo que lean a López Murphy quien denunció en su momento la contracción de una deuda de cientos de millones de dólares, sin uso asignado (porque sí) y que tuvo de intermediario - estructurador - a un ignoto caballero que había tenido como único antecedente ser el jefe de campaña de Macri. López Murphy visitó todos los canales de televisión, las radios y escribió en los medios. Poca bolilla le dieron. Bueno, vamos a los números. Todos los números provienen del Anuario Estadístico de la Ciudad, publicación oficial emitida por la Oficina de Estadísticas y Censos de la Ciudad. Anuario 2007 Anuario 2015 [6] Cuadro comparativo de ambos períodos en Total de Deuda. (El detalle de la deuda está al pie.)
Por lo que la ciudad se endeudó en mil ochocientos millones de dólares, cuarenta y ocho millones de euros y treinta y un mil millones de pesos. ¿Por qué? ¿Para qué?
Les pido a cada uno que se pregunte ¿Para qué?
¿Tenemos hospitales impecables? No.
¿Tenemos escuelas impecables? No
¿Asfaltó? Sí, pero eso es mantenimiento. No se debe endeudar por mantenimiento. ¿Hizo un canal aliviador del Arroyo Maldonado? Sí. Pero no sabemos cuánto salió ¿Cuánto salió? La Nación dice que U$S 200 millones, 1/9 de la deuda en dólares.
Hizo obras delictivas, como el Nuevo Centro Municipal de Exposiciones. Desarmó el existente, todo de hierro, nunca dijeron qué hicieron con todo ese material en perfecto estado o si lo vendieron al peso. Toda una estructura de perfiles de hierro. Gastaron millones en el nuevo y antes de terminarlo lo dieron en concesión a un amigo (of course). Hicieron una nueva sede de gobierno que nadie pidió ni necesita (además de que queda incómoda para la mayoría de la población de la ciudad, but who cares). Gastó en fachadas - en el sentido barroco del término, en el sentido Contrareforma del término -, en oropel, en escenografía. Defectuosa. Gastó dinero en el Metrobus. Nunca dijo cuánto. La Legislatura no aprobó la obra. Desvió partidas presupuestarias. Por eso sólo, deberían estar todos presos.
Los funcionarios públicos, todos, tienen esa mirada que llevó a que a María Antonieta le cortaran la cabeza. Ven una parte.
Muy propio del barroco. Una eterna fachada. El Metrobus vino a resolver la impotencia del gobierno de no poder establecer canales exclusivos para colectivos (Cerrito-Lima y Bernardo de Yrigoyen-Carlos Pellegrini), porque Viviani se opuso. A su impotencia la convirtieron en una megaobra. Pero la Avenida 9 de Julio sigue siendo el templo del lumpenaje. Gente viviendo y drogándose en la calle, carteristas, pungas, niños desamparados y explotados pidiendo. Todo conviviendo con las magníficas obras que los noticieros pasan con imagen cenital nocturna. El que camina y MIRA, ve otra cosa. Ese barroco que tan bien dibuja Velázquez o Rembrandt, nobles con puntillas y gente a pata miserable orinando en la calle. El Lazarillo de Tormes.
Le pido a usted, señor lector, que como vecino de la Ciudad de Buenos Aires, haga su propio balance. Si las nuevas estaciones de subte valieron tanta deuda (piense si cambiar de nombre estaciones “Rodolfo Walsh” no fue una forma de disimular que no hubo crecimiento de la red), si las bicisendas valieron la deuda, si el metrobus valió la deuda. Si las cintas móviles inmóviles valen la pena:
Si todas las obras para nuevas fiscalías, valieron la pena. Si se gasta en personal y en infraestructura, pero los empleados de las fiscalías no persiguen las usurpaciones (la competencia sobre las usurpaciones pasó a la Ciudad en el 2008 cuando Germán Garavano era Procurador General de la Ciudad). ¿Para qué queremos más oficinas, más empleados, más impresoras, más resmas de papel, más toner?
Cuando tenemos mal la infraestructura edilicia de hospitales y escuelas, cuando el bacheo es donde se ve (Libertador, Santa Fe), cuando se cambian veredas cada tres años, porque quedan flojas al toque, debemos preguntarnos si todo esto vale la pena.
Tal vez la plata se gastó en recitales a Tini y en campaña electoral.
Tal vez.
[1] Para los fanáticos de los distritos uninominales, les recomiendo que estudien el caso Santa Cruz desde la modificación de la Constitución Provincial a hoy.
[2] Nadie está exento de sospechas de fraude electoral. Ni en la Argentina, ni en otros lados. El último caso vergonzoso - e insospechado - fue Austria, donde directamente la Corte Suprema debió convocar nuevamente a elección. Planeta Tierra, año 2016. No sabemos si verdaderamente Rodríguez Berreta le ganó a la paralítica. Y tampoco si le ganó a Lousteau. Si ganaba Lousteau, la candidatura a presidente de Macri quedaba herida de muerte, y con él todo el proyecto Cambiemos. Por esa razón, Lilita Carrió, principal propulsora de Lousteau, al ver cómo éste subía en las encuestas, con el fin de morigerar ese aumento - que le quitara votos a Recalde pero que no ganara - se retiró de escena, se fue a Miami y dejó de publicitarlo. Una pena. Me cae bien Sánchez, no así Lousteau.
[3] O con la manipulación del tipo de cambio. Las metodologías de apropiación de la riqueza agropecuaria son tres: impuestos, precios fijos de compra - con reventa a precio internacional -, o manipulación del precio de cambio, tipos de cambios diferenciales, etc.
[4] Ejemplo delirante: En el Anexo de Plaza San Martín (la manzana circunscripta por Av. Santa Fe, Esmeralda, Arenales y el Boulevard Felletti) viene un camión cisterna y riega las plantas. A pesar de que hay regadores automáticos. Y que Parques Y Jardines tiene su propio personal. Pero todo es subcontratado en la Ciudad. Todo. Hasta el Catastro.
[5] ¿Cuántas veces al año se asfalta Av. Libertador?
[6] Anuario estadístico 2015, página 472.
(*) En el anuario estadístico, del cual proveo la conexión en [6] denomina dólares a los pesos, pero debe ser un error de tipeo. Transcribí lo que pensé era razonable.
(**)
Deuda
2007
Nota: los datos están actualizados a diciembre de cada año.
Fuente: Dirección General de Crédito Público (Ministerio de Hacienda GCBA).
(***)
Deuda
2015
-
Nota: los datos están actualizados a diciembre de cada año. La cifra en millones de pesos incluye los montos en moneda extranjera expresados en: dólares estadounidenses cotizados al tipo de cambio
vendedor que, al 31 de diciembre de 2015 fue de 13,30 pesos y euros cotizados al tipo de cambio vendedor que, al 31 de diciembre de 2015 fue de 1,20 dólares.
Fuente: Dirección General de Estadística y Censos (Ministerio de Hacienda GCBA) sobre la base de datos del Ministerio de Hacienda. Dirección General de Crédito Público.